La novela se explica rápido y se entiende fácil. Con la décima elección del Draft de 2017, el comisionado Roger Goodell dijo el nombre "Patrick Mahomes" y todo cambió. A partir de 2018 (la 2da temporada de Mahomes como profesional pero su primera como quarterback titular), Kansas City Chiefs fueron erigiéndose como los protagonistas en la historia que cuenta la NFL.
Desde 2018, Kansas City tiene asistencia perfecta en la Final de Conferencia de la AFC (7/7) y ha ganado cinco, que es una manera distinta de decir que los Chiefs han participado de cuatro Superbowls (este domingo serán cinco), de los cuales ganaron tres.
En el medio pasó de todo: Mahomes irrumpió en la escena como pocos atletas en la historia del deporte. En 2018 (de nuevo, su primera temporada como QB titular), acumuló 5097 yardas, tiró 50 pases de touchdown y fue nombrado MVP de la liga.
Para que tengan una referencia: en toda la historia de la NFL, solamente han existido 15 temporadas en donde un quarterback lance para +5000yds. En el apartado de los touchdowns el caso es aún más extraño, ya que solo tres hombres han podido superar la marca de 50 TD´s en una temporada: Tom Brady (´07), Peyton Manning (´13) y Mahomes en '18. Brady logró este hito a sus 30 años. Peyton lo consiguió a los 37 años de edad. Mahomes tenía 22.
La grandeza de esta dinastía (gane o pierda en Superbowl LIX, lo de los Chiefs ya es una dinastía) se extiende más allá de Mahomes. O, mejor dicho, la franquicia de Kansas City ha hecho absolutamente todo bien para acompañar el mejor inicio de una carrera en la historia del deporte por equipos.
Por más extraordinario que haya sido lo de Mahomes en estos siete años, los Chiefs no estarían ante esta oportunidad histórica si no fuera por la conducción de Andy Reid (curiosamente, el entrenador que más partidos ha ganado tanto con Kansas City como con los Eagles, a los cuales dirigió desde 1999 hasta 2012), la magia de Steve Spagnuolo (quizá el mejor coordinador defensivo de la historia) y los aciertos –año tras año, Draft tras Draft, trade tras trade- de Brett Veach, el GM del equipo.
Lo que viene a continuación es una licencia que me tomo. Voy a pretender que puedo hablar (o escribir) de lo que una cierta "mayoría" de los fanáticos de la NFL opina. Por supuesto que es incomprobable, pero yo confío bastante que mis palabras son ciertas.
A lo largo de estos años, la percepción que tenemos sobre los Chiefs ha ido cambiando. En algún momento, en medio de tanto éxito y tantos Superbowls, dejaron de ser la cenicienta que cautivó corazones en 2018 para convertirse en una suerte de bully.
Atrás quedó el asombro y emoción por el juego explosivo y novedoso de Mahomes. Con el tiempo, Patrick fue modificando su estilo hasta llegar a la actualidad. Mahomes ya no tira bombazos de 50 yardas. Ahora se dedica a hacer lo que haga falta para ganar. Quizá no sea tan vistoso, pero vaya si será efectivo.
La irrupción de otra megaestrella también puede haber jugado un pequeño (pero no insignificante) papel. Taylor Swift desembarcó en la NFL en 2023, de la mano del ala cerrada Travis Kelce (el Robin para el Batman que es Mahomes y uno de los dos mejores jugadores en su posición de todos los tiempos), y con ella, los Chiefs sumaron al mismo tiempo una cantidad GIGANTE de fans (#Swifties) y un número semejante de detractores (anti Swifties).
En estas últimas semanas, hasta se quiso instalar (en medios masivos de Estados Unidos eh, no en TikTok) que los Chiefs reciben trato preferencial y cierto tipo de ayuda por parte de los árbitros, algo que desde luego es absurdo e incierto, pero sirve para ilustrar mi punto: la gente está cansada de los Chiefs.
Es una pena… porque los que seguro no parecen haber saciado su sed de victoria son los propios Chiefs. Este domingo, buscarán quedar en la historia como el primer equipo en hilvanar tres títulos de manera consecutiva en un deporte en el cual ya un bicampeonato es toda una proeza.
La NFL es imperdonable. Cada jugador que sale a la cancha el domingo sabe que está poniendo su cuerpo (así como su bienestar físico y mental) en riesgo. Los Playoffs se juegan a eliminación simple. Es decir: perdés un partido y te quedaste afuera. Nada de "al mejor de 7", como en la NBA. Esto es matar o morir. Plata o M.
Bajo estas condiciones, los Chiefs han desafiado la lógica y se han posicionado como la franquicia modelo en el deporte predominante de Estados Unidos (y la competencia deportiva más rentable del mundo, no olvidemos). Su dominio es tal que –tomando prestada la frase de un amigo- ni siquiera compiten contra sus rivales actuales. Los Chiefs están en una batalla contra la historia.
Mahomes va en busca de Brady. Andy Reid persigue a Bill Belichick. Y Kansas City Chiefs, al menos esta versión 2018-2025, quiere destronar ni más ni menos que a los Chicago Bulls de Michael Jordan como la dinastía por excelencia en el deporte americano.
Para lograr todo esto, no es absolutamente necesario que los Chiefs obtengan el tricampeonato. Perder el domingo sería un golpe duro, sobre todo por haber estado tan pero tan cerca de la hazaña, pero no tiene por qué ser el final de esta historia.
Ahora, si ganan… si ganan…
Disfruten del Superbowl. Disfruten del show de la NFL. Les aseguro que no hay nada igual.