Cuando las expectativas están por las nubes, cuando esperas el máximo de algo, la anticipación suele conducir a la decepción. Al menos la mayoría de veces, porque el último episodio de lo que ya es un enfrentamiento clásico en la NFL, el Patrick Mahomes-Josh Allen, el Chiefs-Bills, no decepcionó en absoluto. Al contrario, fue otro momento clave de un duelo mítico, que de momento a la hora de la verdad siempre se lleva Mahomes, pero cuyos choques nos regalan momentos de leyenda en la historia de la NFL. Y los estamos viviendo en directo. Solamente ha habido 4 partidos de Playoffs en la historia de la NFL en los que los dos QB protagonistas se combinan para más de 400 yardas de pase, más de 80 yardas de carrera, un porcentaje de pases completados superior al 65%, 3 o más pases completados de más de 25 yardas, 5 o más touchdowns y una o menos pérdidas de balón. Los cuatro partidos son duelos entre Mahomes y Allen. Y este lo tuvo todo: igualdad, múltiples cambios de liderazgo en el marcador, emoción, polémica, actuaciones memorables y un último cuarto que nos tuvo a todos al borde de nuestros asientos o directamente levantados y con las pulsaciones a mil por hora. Es la NFL en su máxima esencia, es lo que convierte a los Playoffs de la NFL en uno de los mayores espectáculos deportivos del planeta. Y partidos como este no hacen más que alimentar esa sensación… la de que te vas a sentar a ver el partido y va a pasar algo especial, que vas a presenciar algo único. Eso fue el Chiefs-Bills de la Final de la Conferencia Americana.
Solo Tom Brady y Peyton Manning se han cruzado más veces en la historia de los Playoffs NFL, lo hicieron hasta en 5 ocasiones. Mahomes y Allen ya llevan 4 y ninguno de los dos ha cumplido todavía los 30 años. Podemos dar por seguro de que se van a volver a encontrar en el camino. Y mientras Mahomes sigue alimentando la idea de que Allen jamás podrá vencerle cuando se trata de eliminatorias por el título, conviene recordar precisamente el duelo entre los dos QB que aún son los que más se han enfrentado, en el que durante años los Colts ni siquiera eran capaces de competir, ni de mostrar motivos para pensar que podían ganar a los Patriots. Y finalmente, lo lograron. Lo que hacen Allen y los Bills está mucho más cerca de lo que conseguían aquellos Colts, una y otra vez demuestran estar al nivel, ofrecen una batalla en buena lid, en la que esgrimen argumentos para poder llevarse la victoria… pero al final siempre cae del mismo lado, el de Mahomes y los Chiefs. Los Bills no están tan lejos, a pesar de la frustración de volver a ahogarse en la orilla, deben mantener fundadas esperanzas en acabar consiguiéndolo algún día. Pero no será este año.
Buffalo obliga a sacar la mejor versión de Patrick Mahomes
Si nos zambullimos en el partido, debemos atender a las palabras de Travis Kelce una vez concluido, "son el mejor rival con el que nos hemos encontrado, sacaron lo mejor de nosotros". Y ese respeto hace honor a la realidad, este ha sido el único partido en el que los Chiefs han superado los 30 puntos anotados. Los Bills solo hincaron la rodilla ante la mejor versión de Patrick Mahomes. No es una exageración, esta Final de Conferencia supuso la mejor actuación en cuanto a eficiencia de QB de la carrera de Patrick Mahomes en los Playoffs y es el partido con mayor ratio de éxito por dropback de toda su carrera en la NFL. Ahí es nada.
¿Cómo lo consiguió? Deshaciéndose rápido del balón contra la zona y explotando las debilidades de la defensa de los Bills cuando se ponían en hombre a hombre. De hecho, este es el partido en el que los Bills más utilizaron la defensa individual contra Mahomes de todos los enfrentamientos que han tenido contra él en toda su carrera (47% en individual). Ahora mismo, los Chiefs tienen la velocidad suficiente en sus receptores para encontrar rápidamente los espacios contra la zona y a un maestro como Mahomes diagnosticando las superioridades contra defensa al hombre. Y esto tiene aún más mérito cuando el juego de carrera de los RBs no está funcionado, porque todo el peso de la responsabilidad recae sobre Mahomes… y él contesta con el mejor partido de Playoffs que ha hecho en su carrera. A esto hay que sumarle su capacidad para los scrambles, de los que tiró más que nunca, seis veces decidió romper la jugada con sus piernas… con un ratio de éxito del 100%. Su supremacía es indiscutible y, en este punto de su carrera, lo hace sin necesidad de big plays, sin tener que forzar jugadas explosivas; te destruye pase a pase, snap tras snap, tomando en cada momento la decisión correcta y ejecutando como nadie.
Y a pesar de ello, los Bills pudieron haber ganado el partido. Su plan era el correcto y se quedaron a un par de detalles de que funcionara y les llevara a la victoria. El juego de carrera en downs tempranos fue excelente, James Cook jugó un partido soberbio y marcó las diferencias. El problema en el apartado terrestre llegó en el corto yardaje en terceros y cuartos downs, donde estuvieron peor que nunca. Los Chiefs encontraron el antídoto para una fórmula que parecía imparable. Quedará para las discusiones y la polémica ese cuarta y uno que nunca sabremos si realmente se convirtió. Mi impresión es que sí, pero honestamente no tengo una evidencia absoluta (y al mismo tiempo, creo que Kincaid había alcanzado el primer down previamente con su recepción y estirada). Es una lástima porque esa jugada probablemente cambió el partido. Los Bills ganaban por uno 22-21 y una vez los Chiefs recuperaron el balón, convirtieron su siguiente drive en un touchdown que les ponía de nuevo por delante.
En el debe de Buffalo está quizás su defensa, que no fue capaz de aplicar toda la presión necesaria sobre Mahomes y, sobre todo, no estuvo a la altura en cuanto a su secundaria. Es cierto que la lesión de Benford al inicio del partido lo condiciona todo, porque Kaiir Elam, el encargado de sustituir al CB1 de Bills, juega un partido absolutamente espantoso. Incapaz de aguantar su marca, superado constantemente, concediendo demasiado espacio… una calamidad. Y los safeties tampoco estuvieron mucho mejor, en especial un Damar Hamlin superado físicamente por sus oponentes en el espacio. Por fuerza y por velocidad. Su temporada es una verdadera hazaña viendo de donde viene, pero en este partido no estuvo acertado.
Y dejo a Josh Allen para el final. Dejando bien clara la supremacía de Patrick Mahomes, Allen sigue firmando actuaciones muy destacadas en Playoffs. En este partido tiene un puñado de pases que están al nivel de muy pocos QBs. Exigido por la presión, poniendo el balón en las manos de su receptor cuando éste tiene a su marca completamente pegada. Allen volvió a liderar, volvió a ser capaz de exigir al máximo a los Chiefs (los dos partidos en los que Kansas City más puntos ha recibido esta temporada son los dos contra los Bills). Pero volvió a no ser suficiente. Ese último drive con tres minutos y medio en el crono era la oportunidad que estaba buscando y no pudo materializarla. Ahí es cuando llegamos al otro protagonista de este partido: Steve Spagnuolo. El coordinador defensivo de los Chiefs planteó un partido casi sin blitzes contra Allen, de hecho, la capacidad de su línea ofensiva de afectar el juego con cuatro rushers fue una de las claves. Pero los pocos blitzes que lanzó… se los guardó todos para la recta final del partido. Los dos más importantes, en los dos últimos snaps ofensivos de Buffalo: Un cover 0 blitz en 3ª y 10 que obliga a Allen a tener que tomar una screen que acaba en solo 5 yardas de ganancia. Y el 4ª y 5 final donde, ante una formación condensada del ataque de Bills, Spags coloca a Chris Jones por fuera para tener toda la atención de la OL y lanza el blitz con sus CBs, con el resultado de tres defensores en la cara de Josh Allen sin que tenga tiempo de poder levantar la cabeza y encontrar un receptor. Es cierto que tenía la screen con la orbit motion de Shakir, pero es muy fácil decirlo desde fuera y no teniendo tres defensores encima que te obligan a reaccionar inmediatamente. De hecho, la capacidad de Allen de sacar un pase absolutamente heróico, que de alguna manera era completamente atrapable y que se escapa entre los brazos de Dalton Kincaid, ya tiene un mérito enorme. Pero una vez más salió cruz para los Bills.
Y una vez más salió cara para los Chiefs, que se quedan a solo un peldaño de hacer historia en la NFL como nunca nadie antes había hecho en la Era Moderna de la liga: Ganar tres Super Bowl de manera consecutiva. La manera en la que ha llegado hasta aquí, gestionándose en temporada regular sin gastar más de la cuenta y acelerando en Playoffs, donde han vuelto a sacar su mejor versión, invita a pensar que lo van a conseguir pero el rival que tendrán enfrente es de una entidad tal que en absoluto se puede dar por hecha su victoria y que, si lo consiguen, su leyenda se acrecentará aún más.
Saquon Barkley dispara al mejor colectivo de la NFL hasta el Super Bowl
Los Philadelphia Eagles han callado muchas bocas. Cuando Lions, Vikings y algún otro equipo eran para muchos los favoritos para llegar en la NFC y eran considerados para ser los mejores equipos de su Conferencia, los Eagles han demostrado una dureza y un carácter colectivo que ningún otro equipo ha sido capaz de sostener. Probablemente son el mejor conjunto de toda la NFL. Hace dos años llegaron y perdieron el Super Bowl ante el mismo rival con el que se van a encontrar en Nueva Orleans y desde entonces, primero sufrieron un colapso mediada la pasada campaña que les privó de llegar lejos y esta temporada empezaron con unas dudas que apenas tardaron un mes en despejar y convertirse en un equipo duro como una roca y plagado de talento por todos lados. ¿Cuáles han sido las claves para volver al máximo nivel competitivo? Dos muy claras: La llegada de Saquon Barkley y el paso adelante de la defensa de Vic Fangio.
Barkley ha sido sin lugar a dudas el mejor y más decisivo fichaje de agencia libre de esta temporada en toda la NFL. De una manera similar a los que Christian McCaffrey supuso para los 49ers en la temporada anterior, Saquon se ha convertido en la piedra angular de la construcción ofensiva de los Eagles –aunque su manera de hacerlo es distinta a la CMC–. La presencia de Barkley en el campo lo ha condicionado todo para este ataque, pero sobre todo para las defensas rivales. El impacto en el juego del RB ex de los Giants ha supuesto un extra de atención y de consigna de efectivos, que ha insuflado ventajas a todo el juego ofensivo. Es lo que él genera y lo que permite generar. Su temporada es histórica, pero sus Playoffs, de auténtica leyenda. Todo empieza desde Saquon Barkley.
Sin embargo, algo cambió en esta Final de la Conferencia Nacional en cuanto al juego aéreo de los Eagles. Lo que parecía atascado y falto de fluidez, encontró su punto. Sinceramente, creo que es el mejor partido de Jalen Hurts desde el Super Bowl que pierde Philadelphia ante Kansas City en Arizona. El QB de los Eagles nunca había demostrado ser capaz de recuperar el nivel de aquella temporada del 2022 y en el partido que daba el billete al Super Bowl firmó su mejor actuación desde entonces y volvió a recordar al QB ilusionante de aquella temporada. Con esta versión del ataque de los Eagles, donde las cosas funcionan por tierra y por aire, es difícil pensar que se les pueda batir. Pero deben mantenerla en Nueva Orleans contra los Chiefs si quieren levantar el trofeo Vince Lombardi.
Decía que Saquon es la clave principal pero la otra es el paso adelante de la defensa. Lo que Fangio ha conseguido, la catarsis que ha provocado en esa unidad defensiva, explica buena parte del éxito de estos Eagles. Fangio, principal ideólogo de la mayor tendencia defensiva de la NFL en los últimos años, basada en dos safeties profundos y coberturas suaves que evitaban las jugadas explosivas, ha tenido esta temporada la cintura necesaria para mutar su estilo y, sin perderlo, volverlo mucho más versátil y variado. Por ejemplo en este mismo partido ante Commanders vemos más defensa individual de las que nos tenía acostumbrados, formaciones single high que antes ni se le pasaban por la cabeza y un estilo mucho más imprevisible del que había construido en años pretéritos. Para lograrlo hay varias claves: La pareja de defensive backs rookies ha cambiado esa secundaria. Por la capacidad de Quinyon Mitchell para cerrar su lado del campo y por la presencia de Cooper DeJean en el slot, sobre la que cimenta toda la construcción esquemática que une la parte frontal de la defensa con la secundaria. DeJean es duro en el placaje y veloz en la cobertura pero lo más importante que aporta es una inteligencia táctica impropia de un jugador novato en la NFL. Después viene un Jalen Carter cuyo impacto se explica por las palabras de Aaron Donald refiriéndose a él: "Mi recambio ya está aquí". Que uno de los mejores defensores de la historia de la NFL diga eso de un jugador de su misma posición deja bastante claro el nivel del Defensive Tackle de los Eagles. Y por último, Zack Baun. Exigidísimo en este partido y respondiendo con autoridad.
Los Eagles ganaron la batalla táctica, corriendo por el exterior y asfixiando al front de Washington, que desplazándose lateralmente mostraba sus carencias mientras Barkley se daba otro festín. Y ganaron la batalla física, imponiendo su ley en todo momento y provocando turnovers que fueron una de las claves de que Philadelphia se disparara en el marcador.
Los Eagles llegan a Nueva Orleans con un roster que quizá sea colectivamente superior y más profundo que el de los Chiefs. Llegan siendo probablemente el mejor colectivo de toda la liga. Y pueden ganar este Super Bowl y cobrarse su venganza de la derrota de hace dos años. El problema es que quien está enfrente es un equipo que ya es una de las grandes dinastías de la NFL y llega dispuesto a lograr algo que nunca antes nadie ha logrado, un Threepeat que solo Philadelphia puede evitar.