Viendo el Patriots-Titans del pasado domingo en sonido ambiente, reparĂ© en dos cosas. La primera fue el hecho de que, con aquella jugada rota que le permitiĂł mandar el partido a la prĂłrroga, Drake Maye protagonizĂł el capĂtulo mĂĄs emocionante para Nueva Inglaterra desde la partida de Tom Brady. La segunda, que es la que realmente sustenta este texto: la revelaciĂłn en torno a que Tennessee celebra sus victorias y touchdowns en el Nissan Stadium con "Ring of Fire", la canciĂłn que inmortalizĂł Johnny Cash y que escribiĂł su segunda esposa, June Carter Cash, como una metĂĄfora del amor inflamable.
Pese a que naciĂł en una microscĂłpica ciudad de Arkansas âla misma en la que vio la luz el histĂłrico entrenador de Alabama Paul "Bear" Bryantâ, Cash personificĂł como nadie el espĂritu de Nashville, la capital del estado y de los honky tonk, esos tĂpicos bares de mĂșsica country sureños. De hecho, uno de los puntos turĂsticos mĂĄs importantes de la ciudad es el museo consagrado al cantautor, en pleno centro, en el que se exhiben objetos personales, fotografĂas e instrumentos indisociables de su corpus artĂstico.
Como todo hombre de contradicciones, nunca se supo a ciencia cierta si era un liberal de izquierdas, comprometido con las minorĂas, o un guardiĂĄn del patriotismo americano de derecha. El historiador Michael Stewart Fowley arrojĂł un poco de luz sobre el hecho en su libro Ciudadano Cash. El compromiso polĂtico y social de Johnny Cash, en el que dejaba entrever que el mĂșsico no se movĂa necesariamente por ideologĂas, sino mĂĄs bien por afinidades e intuiciones, como tambiĂ©n supo dilucidar el periodista musical Diego Manrique.
Dicho esto, Cash no se convirtiĂł en leyenda por sus ideas polĂticas, sino por su mĂșsica, en la que incluyĂł una mezcla del country tradicional de Nashville, el gospel que mamĂł en su natal Arkansas y una base de folk-rock. Entre las canciones mĂĄs emblemĂĄticas de Cash figuraba, desde luego, "Ring of Fire", cuyas mĂticas trompetas de apertura fueron grabadas por otra leyenda de la escena musical de Nashville: Bill McElhiney, arreglista de gente como Brenda Lee, Roy Orbison y Dolly Parton.
Los Titans no solo adoptaron la canciĂłn como grito de batalla âcomo tambiĂ©n lo hicieron los Red Wings de Detroit en la NHL con "Don't Stop Believin" de Journey o los Yankees con "New York, New York" de Frank Sinatraâ, tambiĂ©n forma parte del concepto de su nuevo estadio en construcciĂłn, que deberĂa estar listo en 2027. La maqueta con la que presentaron el proyecto a finales del año pasado concluye con una toma cenital del inmueble formando un gigantesco aro de fuego alrededor del campo.
La veneraciĂłn de los Titans por la leyenda de Cash no termina ahĂ. En un coctel pop que involucra al personaje de Terry Tate, famoso por dar vida al office linebacker de una serie de cortos publicitarios para la marca Reebok, y la estrofa con la que da inicio la canciĂłn "Folsom Prison Blues", incluida en su versiĂłn en vivo en el histĂłrico ĂĄlbum Johnny Cash at Folsom Prison, la franquicia utiliza la mezcla en video con la consigna «I hear the train a cominŽ» durante el Ășltimo cuarto de sus partidos en casa.
Hasta antes de este descubrimiento, mi gran conquista pendiente era entonar "Take Me Home, Country Roads" de John Denver en el estadio de los Mountaineers de la universidad de West Virginia â«Country roads, take me home / To the place I belong / West Virginia, mountain mama»â, pero ahora, con el hallazgo de Cash, no tengo tan claro el orden de prioridades.





