Los Philadelphia Eagles son una de las mayores incógnitas de los últimos años en la NFL. Un equipo con auténticas estrellas en todas las líneas del equipo pero también con la capacidad de saltar por los aires a poco que el vestuario se saliese de control. Y todo eso en un vestuario con jugadores tan difíciles de comprender como AJ Brown o Jalen Hurts.
Los Eagles iniciaban la temporada 2023 después de una dura derrota contra los Kansas City Chiefs en la Super Bowl LVII en Arizona y no lo pudieron hacer de una mejora manera, comenzando la temporada con 8 victorias y 1 derrota, incluyendo victorias consecutivas contra los Dallas Cowboys, los Kansas City Chiefs y los Buffalo Bills.
Pero todo empezó a caerse el 3 de diciembre de 2023 después de que los San Francisco 49ers arrasaran a los propios Eagles. Después de esa derrota llegaron 4 en los siguientes 5 partidos, destacando una derrota en casa contra unos Arizona Cardinals que habían ganado 3 encuentros y perdidos 12 en ese momento de la temporada y un desastre final contra unos New York Giants que habían ganado 5 encuentros y que culminó con la pérdida del liderato en la NFC Este.

Durante los primeros 12 partidos de la temporada los Philadelphia Eagles tenían uno de los 5 mejores ataques de la NFL, pero ya se veían problemas en una defensa que terminó por caerse con todo el equipo al final del año. La defensa de los Eagles era la 23º peor de la NFL y en concreto la 20º peor ante el pase. Ya se veían las costuras en una unidad que no tenía buenos jugadores en la secundaria y que no tenía aquella línea defensiva que había aterrorizado a sus rivales años atrás.

Pero en las últimas 6 jornadas todo terminó de explotar. El ataque de Philadelphia cayó a la 14º posición y la defensa se convirtió en la segunda peor de toda la NFL, una unidad incapaz de parar la carrera (2º peor de la liga) y con una capacidad espeluznante de recibir jugadas explosivas en el juego de pase (3º peor de la NFL).
Un equipo sin alma y un vestuario que implosionó, con declaraciones fuera de tono y jugadores bajándose del barco. Un conjunto, además, incapaz de retener ninguna ventaja. De sus últimas cinco derrotas en la temporada los Eagles llegaron a estar liderando tres de aquellos partidos: ganaban 17-10 a unos Seahawks con Drew Lock a los mandos en un encuentro que acabaron perdiendo 20-17, vencían 20-3 al descanso ante los New York Giants y acabaron concediendo un parcial de 30-5 para también perder y también ganaban 21-6 a los Arizona Cardinals en el Lincoln Financial Field a los Cardinals al descanso en otra derrota inexplicable en la que concedieron un parcial de 29-10.
Ah, y casi se me olvida. El año de Philadelphia terminó con los Eagles siendo arrasados por los Tampa Bay Buccaneers de Tom Brady por 31-9 en su enfrentamiento de WildCard
Y tengo que reconocer que el hecho de que los Eagles hayan instalado un "conejo de la positividad" en su vestuario no es de las cosas que más me tranquilizan antes de predecir que este equipo no saltará por los aires este año después de su victoria en la Super Bowl en Nueva Orleans, pero es que estos Philadelphia Eagles de 2025 no me hacen saltar ninguna alarma.

Este año el ataque de Philadelphia no está jugando al nivel de otras temporadas, pero aun con todo sigue siendo un equipo con Jalen Hurts, Saquon Barkley, AJ Brown y Devonta Smith. Un conjunto que te puede arrollar directamente siendo mejor que tú, sin ni siquiera tener un plan de juego demasiado desarrollado. Y eso les está convirtiendo en, por ahora, el 14º mejor ataque de la Liga.
Pero el mayor diferencial este año en comparación a 2023 es la defensa. Esta temporada la defensa es una de las mejores de toda la NFL, la línea defensiva ha vuelto a tener esos 6 o 7 jugadores que pueden rotar y generar el caos en la línea ofensiva rival con Jalen Carter, Jaelen Phillips y Jordan Davis al mando. Los linebackers tienen un talento inmenso con la experiencia de Zach Baun, la vuelta de Nakobe Dean y la juventud de Jihaad Campbell.
Y el principal punto débil de 2023, la secundaria, hoy es casi un punto fuerte. Quinyon Mitchell y Cooper DeJean es una de las mejores parejas jóvenes de cornerbacks e incluso traspasaron a mitad de temporada por Michael Carter II para cerrar el hueco al otro lado de Mitchell, convirtiendo a esta defensa en la 9º mejor unidad de la temporada.
Así que, y pese a que los Eagles son un equipo tremendamente difícil de predecir, la respuesta es no. Puede que quizás estos Eagles no sean un candidato claro como otros años a la Super Bowl, pero tampoco son candidatos a mandar todo al garete e implosionar antes de que lleguemos a enero.





