La última pelea por jugar los playoffs se decide este fin de semana en la NFL. Es cierto que esta semana 18 se nos ha quedado algo descafeinada porque, prácticamente, los equipos que van a jugar los playoffs ya están decididos. Por ejemplo, en la AFC solo nos queda por saber si los Denver Broncos aguantarán su posición de wildcard. En el otro lado del cuadro, en la NFC, tenemos la pelea para llevarse la división Sur, además de ese seed 1 del Norte que haría al ganador jugar todos sus partidos de playoffs en casa. Quizás no es todo lo emocionante que esperábamos, pero no tengo ninguna duda de que aún viviremos cosas sorprendentes. Esto es la NFL y así se vive cada snap, cada minuto, cada juego y cada semana: sin saber qué va a pasar a continuación.
Este es el partido que abre el abanico de posibilidades en la AFC. El equipo de Sean Payton ha tenido los playoffs en su mano durante todo el último mes, pero no ha sabido cerrarlo. Ahora, se encuentra entre la espada y la pared y jugándoselo todo contra el mejor conjunto de la competición, aunque también es cierto que los Chiefs pueden tomarse este duelo con mucha paciencia y sin arriesgar lo más mínimo. Su temporada ha sido casi perfecta y son claros merecedores de ese seed 1 que ostentan. La victoria del día de Navidad frente a los Steelers puede que haya sido su mejor partido de lo que llevamos de curso y es muy probable que los Mahomes y compañía vean el encuentro desde la banda. Esto no asegura nada, ya que el equipo de Andy Reid está muy bien preparado para enfrentarse a cualquier reto con cualquiera que esté en el campo. Cuando escribo estas líneas, aún no sé cuál será el once de inicio de los Chiefs, pero lo que sí sé es que serán ultra competitivos.
Al otro lado estarán unos Denver Broncos jugando ante su gente y con la obligación de ganar. Bo Nix dejó un partido sensacional el pasado sábado contra los Bengals, aunque no fue suficiente para llevarse la victoria y el pase a postemporada. Lo mejor de ese día, más allá de la conexión que tuvo el joven quarterback con Sutton y Mims, fue ver un juego de carrera sostenible, con una línea ofensiva que era capaz de abrir huecos a Jaleel McLaughlin y Audric Estime y así quitarle algo de presión a su pasador rookie. Sin ninguna duda, creo que la victoria para los Broncos pasa por mantener esto. Si la carrera no funciona y el partido se va al juego de pase, los esquemas de presión de Steve Spagnuolo pueden hacer daño a Nix.
En la secuencia de aquí arriba vemos un ejemplo de la posibilidad que le da Nix a su equipo en el juego profundo. Mims va a atacar el medio de los dos safeties profundos con su ruta sting, la cual consiste en hacer un pequeño corte hacia el exterior para volver a cortar hacia dentro y buscar la espalda del otro safety. Mirad como el safety que está encarado con él abre caderas para ir hacia fuera y cómo el otro safety queda fijado por la otra ruta vertical del otro lado. Nix juega el rollout para evitar la presión y dar tiempo a que se desarrollen esas rutas profundas. Una vez que Mims acelera buscando la end zone, el joven quarterback coloca un fabuloso pase para anotar el touchdown.
Los Denver Broncos han hecho un año sensacional, comandados por una defensa excelsa y por la evolución de un quarterback al que le ha sentado de maravilla la presencia de su entrenador. Es muy posible que, por el mes de septiembre, todo el mundo en esa franquicia firmase las nueve victorias que portan ahora mismo. Sin embargo, viendo cómo ha ido la temporada, acabar con esos nueve partidos ganados, y sin playoffs, podría dejar un regusto algo amargo, lo que sería, en mi opinión, muy injusto con el trabajo realizado por todos ahí dentro.
Se me acaban las palabras con lo que está haciendo Joe Burrow esta temporada. Es muy posible que no se pueda jugar mejor a como lo está haciendo el quarterback de los Bengals. Cuando parece que todo está perdido, siempre tiene una última bala en la recámara para darle a su equipo la oportunidad de ganar, algo que, por desgracia, ha pasado menos veces de lo que este chico merece. Porque también se me acaban las palabras para determinar todas las cosas malas que se hacen en ese equipo. Incluso en toda la franquicia en general.
Entiendo que el Salary Cap es algo complicado de manejar y que necesitas de auténticos ingenieros económicos para poder mantener a muchas de tus estrellas (retener a todas es imposible). Dicho esto, también es cierto que no puede ser que no se quiera pagar a gente como Tee Higgins o Ja’Marr Chase, simplemente porque, con ellos, eres candidato a todo, mientras que sin ellos tu rendimiento cae en picado. La actuación de Higgins el pasado sábado saca las vergüenzas de una franquicia que siempre ha resultado ser algo tacaña a la hora de pagar a sus estrellas. Esto hace que las pretemporadas sean un cúmulo de situaciones negativas que también influyen a la hora de iniciar el curso. El bagaje de victorias y derrotas en el primer mes de competición es un bochorno desde que Zac Taylor está a los mandos y, probablemente, es posible que haya habido distintos factores que influyan para ello. Pero uno es este, y de eso no tengo ninguna duda.
Esa es la parte que le toca asumir a la franquicia, pero también es muy duro ver cómo se gestionan los partidos desde la banda. Zac Taylor termina todos los años dando muestras de no estar a la altura por distintas razones. Su toma de decisiones en los momentos más difíciles están lejos de ser las más favorables para su equipo y afecta al resultado final de los partidos. Creo que el sistema ofensivo no es malo, se adapta a los jugadores con lo conforman, pero parece no tener muy claro ese juego situacional del que hacen gala otros entrenadores y que, al final, da o quita victorias. Su suerte es que Joe Burrow es élite y que puede cambiar el signo de un encuentro en tres jugadas. Con otro quarterback, las vergüenzas se le verían mucho más.
Por otro lado, los Steelers han entrado en esa fase de la temporada que se repite año a año. Los de Mike Tomlin juegan muy bien de septiembre a noviembre, consiguen ganar más partidos de los que pierden y, cuando de verdad les viene el momento para dar un paso más, todo se cae. La defensa (estoy convencido que TJ Watt está muy tocado físicamente), lleva un mes dando señales de debilidad, algo que explotaron a la perfección los Chiefs y que ha creado una pequeña crisis en el vestuario con declaraciones que ayudan aún menos. El ataque está sufriendo más de lo que lo hacía hace un mes porque Russell Wilson ha dejado de ser efectivo y porque la carrera no está capacitada para ser quien lleve el peso del juego. Wilson está mostrando los problemas de los que ha adolecido de un tiempo a esta parte. Si la primera lectura no está abierta, baja los ojos, no confía en su línea ofensiva y la jugada muere. Los problemas para manejar pockets colapsados siempre ha sido su gran debilidad. Ha sido un mago en las jugadas rotas, pero su físico ya no le permite hacer tantas cosas como antes, y eso afecta a todo lo demás. Lo bueno para ellos es que la defensa de Bengals concede jugadas con bastante facilidad y es muy posible que tengan ventaja en el exterior con George Pickens. Para mí, el alocado wide receiver ‘acerero’ es la llave para ser capaces de mantener un ritmo anotador alto, que es lo que van a necesitar para estar a la altura de lo que Joe Burrow puede dar.
Arriba tenemos una acción donde Joe Burrow mueve primero a Chase y luego a Higgins para recibir la información adecuada. Ante ambos motions, hay dos defensores que se mueven a la par que los atacantes, por lo que Burrow sabe que se enfrenta a una defensa individual y sin ningún jugador en la retaguardia. Una vez que se inicia el snap y el running back sale hacia el exterior, el quarterback lee la asignación del linebacker y suelta muy rápido el pase para Higgins, quien gana separación con celeridad en el corte interior, anotando el primero de sus tres touchdowns del pasado sábado.
Los Steelers van a jugar este último encuentro sabiendo lo que han hecho los Ravens, por lo que podrían dar descanso a algunos de sus titulares para que puedan estar mejor físicamente para la ronda de wildcard, como podría ser el caso de TJ Watt. Sin embargo, Mike Tomlin también tiene que ser consciente de que una derrota, más la victoria de Chargers, los mandaría a ser el seed 6 y tener que visitar Baltimore en su primer partido de playoffs. Algo que, viendo el momento actual de los de Pittsburgh, no sería muy recomendado.
Y, para acabar la temporada regular, la competición nos ha regalado un partido a vida o muerte el cual nos dirá qué equipo termina como mejor franquicia de la Conferencia Nacional y, a su vez, cuál será el conjunto que tenga todos sus duelos de postemporada en casa. Los Minnesota Vikings hicieron un grandísimo encuentro frente a los Green Bay Packers el pasado domingo y, aunque el marcador se ajustó mucho al final del mismo, la sensación que dejaron los de Kevin O’Connell fue magnífica. Durante más de 50 minutos fueron superiores a unos Packers que llegaban a Minneapolis en el mejor momento de la temporada. Sam Darnold sigue en estado de gracia y comanda un ataque con una versatilidad fantástica. Aaron Jones puede ganar 6 o 7 yardas en los primeros downs a base de carreras o situaciones de screen rápidas y bloqueos campo abajo, por lo que los terceros downs, si es que los hay, son muy manejables para el quarterback. Además, la sola presencia de Justin Jefferson genera demasiada atención en las defensas rivales, por lo que los espacios aparecen sistemáticamente para los demás receptores. Addison, Nailor y Hockenson se encuentran con grandes superficies de césped donde poder caer a la espera de que le llegue el pase de Darnold.
En la imagen de arriba tenemos una acción del domingo pasado. Los Packers presentan una defensa con dos safeties profundos, a lo que O'Connell responde con una formación 3x1 (tres receptores a un lado y con Jefferson aislado al otro). Una vez que se inicia el snap, Xavier McKinney da dos pasos al frente para jugar el dos contra uno ante Jefferson en el caso de que el wide receiver corte hacia dentro. Al otro lado, Nailor y Addison juegan con sendas rutas verticales para atacar al otro safety. Darnold mueve sus ojos hacia Jefferson y esto hace que McKinney abra sus caderas, exponiendo su espalda. La velocidad de Nailor le permite ganar ese espacio y el lanzamiento de Darnold hace el resto.Con un ataque capaz de colocar tantos puntos en el marcador, la dañada defensa de los Lions debe ejecutar con gran disciplina cada acción.
Los de Dan Campbell han dominado a su antojo la Conferencia durante todo el curso, pero las bajas importantes que han ido asolando al conjunto de la Motown ha hecho que todo se vuelva mucho más difícil para ellos. Jared Goff sigue poniendo grandes números en la ofensiva con un juego muy eléctrico y explosivo en todos los niveles. Sin embargo, también son susceptibles de recibir una anotación muy alta, lo que les hace perder el control de los encuentros. Gibbs se me antoja vital para el duelo fratricida de este Sunday Night Football. Si los Lions asientan su juego de carrera, el sistema agresivo de Brian Flores estará mucho más contenido y podrán así evitar terceros downs largos que comprometan la toma de decisiones del quarterback.
Uno de los dos conjuntos acabará la temporada como el seed número 1 de la Conferencia Nacional, mientras que el otro, el que pierda, caerá hasta el seed 5, y lo hará con 14 partidos ganados, algo que puede ser histórico. Junto con los Philadelphia Eagles, Lions y Vikings son los máximos exponentes para estar el 9 de febrero en New Orleans y el factor campo se me antoja importantísimo para los dos últimos. Si me preguntan por un favorito, no tengo respuesta. Los Vikings se han ganado, por derecho propio, que estemos hablando de ellos como de cualquier otro contendiente al anillo, y tengo claro que lo seguirán demostrando en lo que resta de curso.