Las lesiones son parte fundamental de este deporte y siempre aparecen en el peor momento posible. A falta de tres semanas para acabar la liga regular, los jugadores caídos dejan vacíos muy difíciles de llenar. Los Detroit Lions son el ejemplo más claro de esto que os estoy diciendo, dejando una sensación muy angustiosa entre sus aficionados. Por otro lado, los Chiefs van a tener que decidir si dar descanso a Patrick Mahomes o forzarle a jugar para así finiquitar el seed 1 de su Conferencia. Muchas historias aún por contar en lo que resta de curso con el componente físico como una parte decisiva del juego. Esto es la NFL y no hay absolutamente ninguna certeza hasta que el árbitro no pita el final. Vamos con la previa de la semana 16.
Ver a Mahomes, de nuevo, salir cojeando de un terreno de juego no es bueno. Después de las pertinentes pruebas, parece que el alcance de la lesión en su tobillo no es mucho, pero hay que estar muy atentos a su evolución. El equipo de Andy Reid va a disputar su partido de esta semana el sábado, y volverá a jugar el miércoles que viene en Pittsburgh. Dos partidos en muy pocos días y de mucha importancia para el objetivo de acabar como primeros de la AFC. El jugador quiere estar en el campo, pero su entrenador debe pensar qué es lo mejor para el equipo. De esa decisión, evidentemente, dependerá mucho lo que ocurra en el terreno de juego.
La posible baja de Mahomes cambia el partido para los Houston Texans. La línea ofensiva de los Chiefs es el Dr. Jekyll y Mr. Hyde. En el interior, es muy posible que sea una de las tres mejores unidades de toda la competición, pero en el exterior todo se cae. El problema de los tackles ofensivos es enorme para Andy Reid, quién no deja de buscar soluciones para que su quarterback no reciba tanta presión. Sin embargo, de momento no ha dado con la tecla. El pasado domingo, Joe Thuney, el guard izquierdo, tuvo que moverse hacia fuera para ver si así se tapaba ese agujero, y tampoco parece la mejor decisión. Para el partido de este sábado, los Chiefs se enfrentan a una línea defensiva muy poderosa y con un gran pass-rush. Will Anderson y Danielle Hunter están corroborando todo lo que se esperaba de esta pareja cuando los Texans se hicieron con Hunter en la Agencia Libre. Ambos muestran una combinación de explosividad, velocidad, fuerza y uso de manos muy completa. Si la mayor debilidad de un equipo se enfrenta a una de las mayores virtudes del otro, esa será una de las claves para dilucidar el vencedor. La otra, para mí, se encuentra en el otro lado del campo.
Los Texans fueron una de las sorpresas más agradables de la temporada pasada. Su atractivo juego ofensivo y una defensa muy talentosa llevaba a los rivales a tener que hacer su mejor juego si querían batirlos. En 2024, el ataque no es ni la sombra de lo que fue el año pasado y eso los hace muy vulnerables. Todo el problema se inicia en una línea ofensiva demasiado porosa para los nombres que la componen. El rendimiento de jugadores como Laremy Tunsil ha caído en picado y, además, ya parece claro que el sophomore slump es un hecho en CJ Stroud. El joven quarterback se muestra muy nervioso dentro del pocket y con una toma de decisiones bastante peor que la de 2023. La vuelta de Nico Collins ayuda a que todo funcione mejor, sobre todo en la red zone, donde pueden ser más eficaces ahora. Steve Spagnuolo querrá ser muy agresivo, tanto en el blitz como en las rotaciones post snap, para que Stroud cometa errores.
En la imagen de arriba podemos ver cómo, antes del snap, los Chiefs muestran una defensa con dos safeties profundos, mientras que los Chargers alinean en 'formación en I' con clara amenaza de carrera. Una vez que se inicia la jugada, uno de los safeties cae a la caja y el play action nos deja con el equipo de Kansas City jugando en individual con una Cover 1 Robber, bajando un safety a la caja para ocuparse de las rutas medias. A su vez, Nick Bolton lee ese mismo play action y, cuando ve cómo Herbert se queda el balón para pasar, inicia el blitz. El quarterback no encuentra libre la ruta media porque el safety está cayendo y ese segundo extra es el que necesita Bolton para conseguir el sack.
La defensa de Chiefs está siendo decisiva en la racha de victorias que este equipo está llevando a cabo. Dejar a los rivales por debajo de los 20 puntos facilita mucho el trabajo del ataque, el cual es capaz de anotar lo necesario para conseguir la victoria, aunque, si finalmente no juega Mahomes, todo se volverá mucho más complicado. Por su parte, los Texans saben que, tras su encuentro, juegan los Ravens contra los Steelers, y que una victoria frente a los Chiefs podría acercarlos a mejorar su posición final de cara a los playoffs y evitar así a uno de estos dos equipazos en la wildcard.
La derrota de los Steelers frente a los Eagles del pasado domingo deja al equipo de Mike Tomlin sin el colchón que tenían para llegar a este encuentro. Solo hay un partido de diferencia entre ellos y los Ravens, con una victoria este sábado, podrían colocarse en una mejor situación de cara a las dos fechas que restan para acabar la temporada. Los de John Harbaugh acaban la temporada en Houston y recibiendo a los Browns, mientras que Pittsburgh, aunque jugaría como local las dos últimas semanas, recibirá a los Chiefs y a los Bengals. Dicho esto, y sabiendo que todo puede cambiar en cualquier momento, este encuentro se me antoja como el mejor de toda la jornada.
Lamar Jackson volvió a dar otra exhibición tras la semana de descanso. Los Giants no fueron rival para la maquinaria ofensiva de los Ravens y el actual MVP de la competición acabó con cinco lanzamientos de touchdowns y 290 yardas de pase. Para calentar de cara a los Steelers, no está nada mal. Sin embargo, hay algo en ese ataque que empieza a ser preocupante, sobre todo de cara a lo que viene en el mes de enero. Derrick Henry empezó como un avión la temporada, pero ha bajado su productividad en el mes de noviembre. En los últimos cinco encuentros, el running back promedia 84’4 yardas de carrera, una media que es así de alta por su encuentro frente a los Chargers, donde consiguió 140 yardas. Además, en este espacio de tiempo, solo ha sumado dos touchdowns, y cada vez aparece más Justice Hill en el backfield de los Ravens. Para enfrentarse a los Steelers, van a necesitar que el juego de Henry suba muchos enteros y que sea parte importante de lo que sucede en la red zone.
Para seguir dejando a Henry en pocas yardas, los Steelers deberán seguir dominando desde la línea de scrimmage. Por el interior, Cam Heyward es un absoluto coloso y, a pesar de que TJ Watt saliese tocado del tobillo frente a Eagles, todo hace indicar que será de la partida este sábado. Cuando juegas contra Lamar Jackson, siempre se habla de la necesidad de dejarlo dentro del pocket y así evitar sus scrambles y jugadas rotas. Esto es totalmente cierto, pero tampoco te asegura nada. El crecimiento del quarterback en el juego de pase es un hecho y cada vez lo vemos más cómodo dentro del pocket. Su capacidad para mantener los ojos campo abajo y encontrar receptores abiertos hace que este ataque consiga big plays con una facilidad pasmosa.
En la secuencia de arriba, tenemos a los Ravens en Pistol Formation y con una formación muy pesada, dejando a solo dos receptores alineados por fuera. Se inicia el snap y, ante la amenaza de carrera, la zona media defensiva salta en el play action hacia delante dejando un enorme espacio entre su espalda y el safety profundo. Lamar recibe máxima protección y un pocket muy limpio para leer lo que está pasando delante de él. Allí, y con todo ese terreno de verde libre de defensores, la velocidad de Zay Flowers es muy difícil de controlar por parte de su par, por lo que Lamar Jackson puede completar el pase para otra jugada con una gran ganancia de yardas.
La necesidad de encontrar el punto medio entre ser muy agresivos en el pass-rush y mantener a Lamar Jackson en el pocket será decisiva para los Steelers. Alex Highsmith, y el propio Watt, serán los encargados de no facilitarle una salida sencilla por el exterior al quarterback de los Ravens.
A cambio, el horroroso juego que nos dejó el backfield de los Steelers frente a los Eagles no puede volver a repetirse en Baltimore. Russell Wilson necesita asentar algo más la carrera para que el play action y la amenaza profunda siga funcionando igual de bien que hasta ahora. Más aún contra un rival que sigue mostrándose muy frágil en su secundaria. Si los Steelers no suben bastantes puntos al marcador, tengo la sensación de que pueden sufrir.
Partidazo con todas las letras y un duelo que puede decidir el destino de la división.
La imagen ofrecida por los Seahawks el pasado Sunday Night Football los deja en muy mal lugar en su intento por llevarse la división. Los Packers llegaron a Seattle y pasaron por encima de un conjunto que mostró demasiadas debilidades. La línea ofensiva hizo aguas, la defensa cometió innumerables penalizaciones y el juego de sus dos quarterbacks fue de un nivel muy cuestionable. Además, Geno Smith tuvo que abandonar el choque con una lesión de la que, mientras escribo esta previa, no se sabe a ciencia cierta cuál será el tiempo de baja. Imagino que el propio Smith querrá forzar lo máximo posible para estar sobre el terreno de juego, porque, entre otras cosas, lo que vimos de Sam Howell fue demasiado malo.
Además de Geno Smith, Kenneth Walker es la otra gran duda. Parecía que el juego de carrera había mejorado hace dos semanas frente a los Cardinals, pero esa mejoría no se vio en ningún momento en el duelo con los queseros. La explosividad de Smith-Njigba es de lo poco que pueden tirar ahora mismo en Seattle, ya que ni Metcalf ni Lockett están pasando por un buen momento, así que la vuelta de Walker se me antoja decisiva para un partido como el de este próximo domingo. Con esto dicho, y si tenemos en cuenta el arsenal ofensivo de los Vikings, el partido se puede desnivelar si la defensa de los de Mike McDonald no hace un esfuerzo extra para mantener un tanteo algo más bajo de lo que suelen conseguir los de Kevin O’Connell.