Ya no nos queda ningún imbatido en toda la NFL. Los Buffalo Bills fueron capaces de hacer algo que no había hecho nadie en este 2024 y se sitúan como el máximo rival para los actuales campeones. Eso fue en la semana 11, pero la liga continúa y nos deja una nueva jornada donde volveremos a contar nuevas historias. Por lo pronto, en la semana 12, tendremos enfrentamientos muy directos para los playoffs y cualquier error comienza a pesar demasiado para aquellos que están caminando por el principio.
Hace poco os hablaba de la paciencia y el trabajo que se está haciendo en Denver con el desarrollo de Bo Nix, el quarterback elegido en el pasado draft. No ha habido, en ningún momento, mucha presión sobre sus hombros y se han asimilado los errores que el chico ha cometido como algo normal dentro de su evolución, tanto en el equipo como en la liga. Los Chicago Bears eligieron en el número uno del draft a Caleb Williams, pero el tratamiento hacia él ha resultado muy diferente. Los de la Ciudad del Viento empezaron la temporada sumando victorias con un juego muy sólido en defensa y equipos especiales ante rivales que han demostrado ser conjuntos más flojos de lo normal. Cuando esos resultados tornaron en negativos, se le exigió a Williams demasiadas cosas que el joven jugador aún no domina, y la presión comenzó a llamar a la puerta. Caleb Williams tiene todo el talento del mundo, pero muestra claros signos de una inmadurez en el juego que necesita de más tiempo para ser solventada. Esto le pone en situaciones complicadas tanto a él mismo como a su equipo, con resultados más negativos que positivos. Cuando aprenda, que lo hará, su talento de brazo le va a dar muchas tardes de gloria a la franquicia, pero, para eso, todos ahí dentro necesitan saber que esto no ocurrirá de la noche a la mañana.
Al otro lado estará un ejemplo claro de esta falta de paciencia, y mal hacer por parte de las franquicias, cuando se trata de hacer evolucionar a un joven quarterback. Sam Darnold entró en la liga con un brazo digno de elogio, pero los Jets ayudaron entre cero y nada a su formación dentro de los profesionales. En los Vikings, Darnold ha encontrado un head coach que ayuda a sus jugadores a crecer y los sitúa en el mejor escenario posible para brillar. El sistema está diseñado para darle receptores abiertos al pasador y, además, cuenta con una súper estrella en el cuerpo de receptores. Justin Jefferson, por sí solo, ya es peligroso, pero si alrededor de él se genera un sistema amable para el quarterback, los puntos acaban cayendo tarde o temprano.
En la secuencia de arriba, vemos a los Vikings alineando a tres receptores en el lado derecho de su ataque, en bunch formation y con Jefferson en la punta (círculo verde). Los Colts muestran un solo safety profundo, pero esto cambia una vez que se inicia el snap. La defensa coloca dos jugadores en la retaguardia mientras los defensores de la zona media caen en cobertura zonal. Los dos receptores que acompañan a Jefferson en la bunch, juegan rutas cortas que hacen saltar a los dos hombres que están en esa zona y Jefferson ataca su espalda con una ruta al medio. Con los dos safeties muy atrás ante la amenaza de una ruta vertical de Jefferson, se abre mucho espacio en el centro de la defensa para que Darnold lea la ventaja y ponga un buen balón. El sistema ofensivo de los Vikings genera innumerables situaciones parecidas a esta y su quarterback las sabe interpretar de la mejor manera posible. Además, la vuelta de TJ Hockenson les da un arma más para aprovechar las dobles coberturas sobre Jefferson que solemos ver cada partido, haciéndolos aún más imprevisibles.
Chicago es un conjunto que defiende bien y que sabe buscar debilidades en los rivales, así que intentarán confundir las lecturas de Darnold para provocar errores en la toma de decisiones, algo que sigue estando presente en su juego y que, a veces, le hace ser interceptado.
Caleb Williams se enfrentará a una defensa que es especialista en hacer pasar malas tardes y noches a los quarterbacks contra los que juega, por lo que necesita, más que nunca, ayuda desde la banda para tener opciones de sumar partidos ganados y, sobre todo, experiencia de cara a su futuro dentro de la NFL. En Chicago tienen un diamante al que tallar de la mejor manera para que brille, esperemos que sepan apreciarlo y no duden en gastar tiempo y recursos para conseguirlo. Si no, estaremos ante otro juguete roto de esa picadora de quarterbacks que es esta liga.
Después de su triunfo en el pasado jueves, los Eagles han entrado en el momento importante de la temporada como líderes de su división. Su juego sigue progresando y, poco a poco, empiezan a ser el equipo que todos esperábamos gracias a que cuentan con un jugador élite en la posición de running back que les permite dominar el tempo de los partidos desde el juego terrestre. Saquon Barkley ha explotado todo su potencial desde que ha salido de Nueva York y ahora lleva a los de Sirianni a sus espaldas sin ningún tipo de inconveniente. Cuando el balón pasa por sus manos, el peligro de big play siempre está presente, incluso cuando lo que se manda desde la banda son jugadas de pase. La versatilidad de Barkley le permite ser un mismatch en cualquier parte del campo y Kellen Moore parece haber abierto su playbook para que, en este tipo de situaciones, su corredor participe del juego aéreo.
En la situación que tenemos aquí arriba, podemos ver uno de estos ejemplos que os estoy contando. Barkley alinea en el backfield junto a Hurts. Cuando se inicia el snap, los dos receptores del lado izquierdo del ataque atacan a la defensa verticalmente y liberan mucho espacio para que Barkley juegue contra el linebacker de los Green Bay Packers. Hurts lee rápidamente la ventaja de su corredor y lanza a la end zone para que Saquon muestre sus habilidades como receptor, anotando el touchdown.
Los Eagles necesitan que su juego de carrera funcione a gran nivel para liberar a Hurts, quién está dejando alguna duda cuando tiene que ir por aire. Ahí, el quarterback está teniendo dificultades para leer bien, así como con la precisión en sus envíos. Una vez que Barkley establece el juego por tierra y obliga a su rival a colocar defensores en la caja, AJ Brown y DeVonta Smith se convierten en una amenaza vertical en el exterior.
Enfrente tendrán a unos Rams capaces de hacer muchas cosas bien en sus encuentros, pero también de tener lagunas importantes que los alejan de resultados positivos. Con Nacua y Kupp manteniéndose sanos, el ataque genera yardas sin aparente problema. Sin embargo, frente a los Eagles, van a necesitar que su porcentaje de anotación en la red zone sea muy bueno. La línea ofensiva ha recuperado a jugadores importantes y esto permite a Stafford jugar mucho más cómodo, como pudimos ver la semana pasada frente a los Patriots. Cuando el quarterback del equipo angelino tiene tiempo, todo lo demás brilla.
Este duelo nos trae a dos conjuntos con muchas opciones de poder jugar en post temporada, ya sea como equipo de Wildcard o incluso como ganadores de su división. Los Rams están metidos de lleno en una NFC Oeste muy abierta, con los Cardinals como principal favorito, con unos 49ers demostrando demasiadas debilidades y con unos Seahawks capaces de lo mejor y de lo peor, pero que siempre compiten hasta el final. Sean McVay sabe que todas estas posibilidades pasan por ganar en el Sunday Night Football, así que puedo asegurar que este partido es de obligada visión.
Es verdad que hemos estado alabando a los de Baltimore durante toda la temporada por su gran juego ofensivo y por la excelencia de Lamar Jackson y Derrick Henry. Sin embargo, los Ravens cuentan ya con cuatro derrotas en su haber, y eso les deja en una situación algo complicada de cara a la posición final dentro del cuadro de playoffs en la Conferencia Americana. No tengo ninguna duda que estarán entre los siete conjuntos que disputen los playoffs en el mes de enero, al igual que también creo que seguirán peleando la división, pero si siguen perdiendo las dudas también estarán sobrevolando por la franquicia cuando llegue el momento de la verdad.
Todo lo contrario que ocurre con Los Angeles Chargers, quienes siguen dando pasos hacia delante en la construcción de un equipo sólido y con muchos recursos. La idea de Jim Harbaugh de construir desde las trincheras está dando sus frutos. Han sido capaces de hacerse fuertes desde ahí, y todo lo demás comienza a funcionar de la mejor manera. Sobre todo el ataque, donde ese juego de carrera masivo con el que empezaron la temporada ha dado paso a un juego aéreo muy efectivo. Y lo es porque Justin Herbert se encuentra muy cómodo dentro del pocket. El quarterback de los Chargers ve como el resto del ataque acompaña. Su línea ofensiva le da tiempo, la carrera le da opciones de terceros downs cortos y el sistema le proporciona receptores abiertos. Él lee lo que sucede campo abajo y ejecuta de la mejor manera, porque el talento se le cae de las manos. Ayuda mucho tener un wide receiver como Ladd McConkey, quien está demostrando ser muy valioso en situaciones de rutas interiores.
En la situación de arriba, vemos a McConkey en el slot emparejado con su defensor. Una vez que se inicia el snap, los Chiefs rotan a sus safeties y los Chargers juegan una RPO (run-pass option). Herbert lee al jugador en conflicto y elige quedarse con el balón para lanzarlo. Por su parte, McConkey juega un excepcional release al inicio de la ruta para generar separación y darle un objetivo claro a su quarterback. El espacio que se genera en ese lado del campo le permite al receptor ganar muchas más yardas tras la recepción.
En este encuentro, dos hermanos estarán uno delante del otro, ocupando el banquillo de su rival. Jim Harbaugh ha transformado una franquicia que parecía no tener rumbo en una que está sorprendiendo a propios y a extraños con su detallado juego en los dos lados del campo. El otro, John, está al frente de un trasatlántico al que ya se le empieza a exigir algo más que la sola presencia en playoffs. Una derrota en el Monday Night Football podría hacer temblar los cimientos de un equipo construido para ganarlo todo. Sería muy raro ver dos partidos consecutivos en donde Lamar Jackson y Derrick Henry se viesen frenados, pero el mayor de los Harbaugh ha librado mil batallas como esta, y sabe perfectamente cómo hacer sufrir al oponente. Es el día para que Los Angeles Chargers den un puñetazo encima de la mesa y muestren a toda la liga que están preparados para cualquier reto. Y yo estoy expectante ante semejante posibilidad.