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La previa de semana 12

La Semana 12 de la NFL llega en un momento en el que cada centímetro del terreno adquiere un peso específico mucho mayor. Las derrotas comienzan a costar temporadas, las victorias a definir aspiraciones, y lo que antes era solo tendencia ahora se convierte en identidad. En ese marco aparecen tres duelos que, por motivos distintos, se transforman en cápsulas perfectas de la realidad competitiva actual: los Chiefs frente a los Colts, los Rams ante los Buccaneers y los 49ers contra los Panthers. Tres partidos con historias cruzadas, con enfrentamientos individuales que pueden convertirse en narrativas propias y, sobre todo, con cargas tácticas que revelan qué equipos están preparados para lo que viene y cuáles todavía buscan respuestas. Y como siempre ocurre en la NFL, un detalle táctico, una lectura correcta o un error en el momento menos pensado puede alterar todo lo que la previa parece anunciar.

WEEK 12 SUN 11/23
Indianapolis Colts
1:00
PM
EST
@
Kansas City Chiefs

El choque entre Kansas City e Indianapolis llega cargado de matices. Los Colts no solo presentan una ofensiva eficiente; presentan probablemente la más coherente y sincronizada de toda la liga en términos de EPA por jugada. Su cifra ronda los 0.18 puntos esperados añadidos por acción, un número reservado históricamente para ataques que suelen mantenerse en la memoria colectiva. Pero más allá de la métrica abstracta, lo que significa realmente es que casi cada jugada que ejecutan mejora la expectativa de anotación. Ese ritmo constante, ese martilleo calculado, esa capacidad para convertir terceros downs sin necesidad de jugadas verticales, ha sido el sello distintivo de un equipo que ha encontrado en la estructura su mejor arma. Lo más llamativo es que su producción no depende exclusivamente de un tipo de jugada, sino de una armonía poco común entre el juego terrestre y aéreo. Su ataque por tierra genera alrededor de 0.20 EPA por acarreo, lo que obliga a cualquier defensa a respetar la caja y a medir cada movimiento. Cuando un equipo corre con eficiencia y además pasa con precisión, la defensa rival queda atrapada en una tensión permanente. Ese es el mayor mérito de Indianapolis: no ser predecible, sino inevitable.

En ese escenario aparece Patrick Mahomes, un jugador que desafía cualquier métrica y cualquier esquema que pretenda contenerlo. Aunque Kansas City no ha mostrado este año la fluidez ofensiva de sus mejores temporadas, Mahomes sigue siendo el quarterback con mayor capacidad para convertir jugadas negativas en positivas. Su EPA en downs rotos, su precisión fuera de estructura y su habilidad para extender jugadas mantienen a los Chiefs dentro de cualquier partido. A su alrededor, la figura de Travis Kelce continúa siendo esencial. Incluso cuando las defensas lo marcan con doble cobertura, su lectura del espacio y su capacidad para encontrar ventanas en zonas congestionadas lo convierten en el receptor más valioso en rutas intermedias de toda la liga. Ambos deben sostener un ataque que, por momentos, se ha visto obligado a ganar eficiencia en lugar de explosividad, lo que representa un desafío táctico frente a una defensiva de los Colts que destaca más por disciplina que por talento individual.

En la defensa de Kansas City, George Karlaftis se ha convertido en uno de los nombres más influyentes. Su porcentaje de victorias en duelos uno contra uno está entre los mejores para un edge joven en la NFL, y su capacidad para generar presión sin necesidad de blitz ayuda a sostener un esquema que se beneficia enormemente de la versatilidad de Trent McDuffie en la secundaria. McDuffie es un cornerback capaz de alternar entre cobertura press, zona match o jugando más en el slot sin pérdida de calidad, y esta versatilidad le permite a Kansas City confundir pre-snap a un ataque como el de Indianapolis que, por lo general, lee muy bien las intenciones defensivas, aunque Daniel Jones esté empezando a cometer errores del pasado.

El quarterback ex de Giants está jugando el mejor football de su carrera, pero los turnovers han aparecido en sus dos últimos encuentros. El cuidado del balón siempre ha sido uno de los talones de Aquiles de este pasador, y era algo que parecía haber desaparecido en los Colts. Si consigue controlar esto contra una defensa muy oportunista como es la de los Chiefs, los Colts pueden ponerle puntos en el marcador a esta defensa. Una de las mayores amenazas que presentan los de Steichen es el juego vertical con Alec Pierce. Jones y Pierce son una amenaza constante en rutas verticales, lo que genera un estrés constante en zonas medias.

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En la imagen de arriba, los Colts juegan con backfield vacío y con tres receptores en el lado izquierdo del ataque, siendo Alec Pierce el que alinea cómo #2. La defensa presenta dos safeties profundos, pero uno de ellos comienza a caer en cuanto el snap se produce. Pierce juega atacando en vertical al medio de los dos safeties, pero corta al exterior en el momento en el que su compañero más exterior hace lo propio yendo al interior y arrastrando así tanto al cornerback como al safety. La protección a Daniel Jones es muy buena y el quarterback lee a la perfección todo lo que ocurre campo abajo, poniendo un excelente pase y consiguiendo una gran ganancia de yardas.

En medio de este ajedrez, se proyecta un duelo donde la eficiencia sistemática de los Colts se enfrentará al talento individual más determinante de la liga. Indianapolis buscará controlar el ritmo, desgastar a la defensa rival con drives de diez o doce jugadas y evitar que Mahomes juegue en campo corto. Kansas City intentará lo contrario: obligar a los Colts a abandonar su estructura habitual y convertir el partido en un intercambio de golpes donde Mahomes tenga la última palabra. El equilibrio es delicado, y la clave estará en quién imponga el tempo. Si los Colts logran sostener su porcentaje de éxito en tercer down y continuar maximizando sus minutos de posesión —donde actualmente lideran la liga en puntos por minuto—, Kansas City podría verse obligado a responder con un ataque mucho más agresivo del habitual. Si Mahomes encuentra ritmo temprano, Indianapolis tendrá que abrir su juego más de lo que acostumbra. Es un contraste de estilos que, precisamente por su oposición, genera uno de los duelos más sugerentes de la semana.

WEEK 12 SUN 11/23
Tampa Bay Buccaneers
8:20
PM
EST
@
Los Angeles Rams

La historia cambia al viajar al duelo entre Los Angeles y Tampa Bay, donde los Rams y los Buccaneers protagonizan un enfrentamiento de identidades dispares. Los Rams ofrecen uno de los ataques más metódicos de la liga, con más de cinco yardas por jugada y una tendencia marcada a construir drives largos, basados en precisión y lectura pre-snap. Matthew Stafford dirige una ofensiva que utiliza heavy formations y play-action como pilares, sin renunciar a la capacidad de generar rutas en niveles para atacar varias alturas del campo simultáneamente. La química entre Stafford y Cooper Kupp sigue siendo una de las más fiables de la NFL, mientras que Puka Nacua ha emergido como un complemento perfecto, capaz de ganar en físico, en separación y en lectura de rutas. Entre ambos pueden ocupar cualquier zona del campo y generar mismatches constantes.

Tampa Bay, por su parte, llega tras un partido donde acumuló más de 200 yardas por tierra, algo inusual en su rendimiento reciente. El problema de los Buccaneers no es el potencial, sino la consistencia. Son un equipo capaz de disparar un drive de 80 yardas en tres jugadas y luego encadenar tres series consecutivas sin avanzar diez. Esa irregularidad es peligrosa, especialmente frente a un equipo que controla tan bien el ritmo como los Rams. Baker Mayfield es capaz de ofrecer situaciones de pase productivas cuando encuentra confianza, pero su rendimiento cae drásticamente bajo presión sostenida. Ante un rival como Los Angeles, donde la presión puede llegar sin necesidad de blitz, Mayfield deberá anticipar lecturas más rápido de lo habitual y evitar decisiones precipitadas que puedan volverse intercepciones peligrosas.

Emeka Egbuka vuelve a ser una pieza clave, particularmente porque los Rams suelen limitar rutas cortas y obligan a los ataques rivales a ganar por fuera de los números. Egbuka, con su habilidad para ganar este tipo de duelos aéreos, puede ser el único receptor capaz de castigar esa estructura. Rachaad White y Sean Tucker serán también fundamentales: si Tampa logra correr con eficiencia, podrá contener el pass rush angelino y abrir el play-action que tanto necesita Mayfield.

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Aquí arriba vemos un excelente esquema de carrera por parte de los Bucs y que supuso el touchdown de Tucker el domingo pasado. Antes del snap, hay un motion de un receptor que cruza lado a lado por detrás de la línea de scrimmage. Esto hace que los dos linebackers más interiores se muevan y se generen buenos ángulos de bloqueos para los atacantes. Cuando la jugada se inicia, tanto el guard, como el tackle izquierdo, salen en pull. El tight end hace un pequeño chip y sube a por uno de los dos linebackers, dejando que sea el guard que viene en pull quién selle al último defensor de la línea. Tucker presiona el interior de la línea y hace un corte seco para fuera, siguiendo a Tristan Wirfs, quién sube al segundo nivel para buscar al siguiente defensor que llegue como apoyo contra la carrera. El espacio se abre y Tucker va viendo como sus compañeros le van quitando defensores en su camino a la end zone.

Este partido parece inclinarse hacia Los Angeles porque su estructura táctica es más estable y porque su defensa cuestiona precisamente los puntos débiles de Tampa: manejo del pocket, protección y consistencia. Sin embargo, la explosividad de los Buccaneers les da una oportunidad real si logran convertir un par de jugadas profundas que descoloquen el ritmo metódico de los Rams. Todo dependerá de quién dicte la cadencia: si los Rams controlan el balón, Tampa sufrirá; si Tampa acelera, los Rams deberán abandonar su estilo.

WEEK 12 MON 11/24
Carolina Panthers
8:15
PM
EST
@
San Francisco 49ers

En el tercer duelo aparece una realidad más clara: los 49ers se enfrentan a unos Panthers que viven una temporada llena de altibajos y que presentan una de las defensas menos eficientes de la NFL. Su DVOA defensivo es uno de los más altos —y por ende, peores— de toda la liga, con problemas graves en cobertura, en asignaciones y en disciplina en su frente. Es una unidad que concede demasiadas yardas después de la recepción, sufre en el gap control y necesita recurrir a blitzes que rara vez generan presión efectiva. Aún así, estos Panthers también son un equipo que sabe aprovechar los errores del rival, con una defensa muy oportunista y que logra crecer a medida que el partido avanza.

Los 49ers han construido un sistema ofensivo tan característico como efectivo. Formaciones cerradas, motion constante, bloqueos de zona que castigan defensas poco pacientes y una carga táctica que obliga a los rivales a pensar más de lo que pueden reaccionar. Brock Purdy vuelve a dirigir este esquema con una precisión que a menudo se subestima, pero que ha sido fundamental para sostener la eficiencia ofensiva del equipo. Su toma de decisiones, especialmente en play-action y rutas intermedias, mantiene a San Francisco en rangos de producción constantes. A su alrededor, Christian McCaffrey vuelve a ser la pieza más peligrosa. Su mera presencia introduce un desequilibrio inmediato, porque puede sumar más de 100 yardas totales sin necesidad de jugadas explosivas. Su lectura de bloqueo, su habilidad como receptor y su capacidad para romper placajes lo convierten en el jugador que Carolina tendrá más dificultades para contener.

En el otro lado del campo, Bryce Young, que ha mostrado progreso en lectura corta e intermedia, necesitará una actuación perfecta para mantener a su equipo competitivo. Viene de hacer, probablemente, su mejor partido como profesional frente a una defensa, la de Falcons, que ha hecho mucho daño este año a otros grandes quarterbacks. Su wide receiver rookie, Tetairoa McMillan va dejando cada vez más detalles de su enorme talento, y la química con su pasador sigue en aumento. A pesar de la plaga de lesiones que asoma la línea defensiva de los "mineros", Robert Saleh sigue encontrando la manera de hacer daño al quarterback rival. Young va a necesitar soltar rápido el balón, y contra una defensa tan zonal como la de Saleh, McMillan puede encontrar huecos para recibir y ganar yardas después de la recepción.

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En la secuencia de arriba, vemos a McMillan aislado en el lado izquierdo del ataque. Antes del snap, los dos safeties rotan y la defensa pasa a tener un solo hombre en la zona profunda. Young recibe el balón y va leyendo sus progresiones de un lado al otro, reconociendo el espacio que se abre en la cara del safety profundo. La protección es buena y Young lanza el balón antes de que uno de los defensores pueda golpearlo. McMillan recibe y usa esa gran zancada que posee para hacer que el safety coja un mal ángulo y no llegue a placarlo. Con uno de sus compañeros bloqueando al cornerback, McMillan gana más de 25 yardas después de la recepción.

Este partido parece inclinarse claramente hacia los 49ers porque sus virtudes encajan directamente con las debilidades de los Panthers. Si San Francisco establece el juego terrestre, controlará la posesión y reducirá al mínimo la capacidad de reacción de Carolina. Si logra presión temprana, Bryce Young se verá obligado a un juego vertical que los Panthers no están equipados para ejecutar. Para Carolina, la clave será generar pérdidas de balón, probablemente la única manera real de equilibrar la ecuación. Ambos equipos pelean por un puesto en playoffs, pero los Panthers, ante las últimas derrotas de Buccaneers, también ha en contra opciones de llevarse la división, y los 49ers no serían el primer equipo al que estos Panthers sorprenden en su propia casa.