Cuando los New England Patriots derrotaron el pasado domingo a los Titans en Tennessee fue un día muy especial para el head coach Mike Vrabel. Acababa de derrotar a su antiguo equipo, del que salió despedido hace poco más de un año. Fue la cuarta victoria consecutiva para los de Foxboro y quinta total en la campaña, más que la franquicia de Titans en año y medio tras desprenderse de Vrabel. La victoria debió saber más dulce al producirse justo la semana en que fue despedido su sustituto, Brian Callahan. El motivo principal de esa decisión fue el mal desempeño del quarterback novato, número 1 del draft, Cam Ward. Los Patriots tienen a su propio proyecto de quarterback franquicia en plantilla, el número 3 del draft de 2024, Drake Maye. Su evolución esta temporada está siendo muy significativa gracias a que su entorno ha mejorado notablemente respecto a su año rookie. Quizás los Titans deberían aprender un poco de lo que está sucediendo en New England para revertir su crisis, pero de momento lo que nos toca hoy es fijarnos en el buen hacer de los Patriots, personalizado en las figuras de Maye y su coordinador ofensivo, Josh McDaniels.
Vrabel tenía una decisión clave que tomar de inicio en su segundo proyecto como head coach en la NFL, elegir al hombre que coordinase el ataque y convirtiese al joven Maye en el quarterback que esperaba la franquicia. Los Patriots no habían encontrado la persona ideal para el cargo desde que McDaniels abandonara Foxboro tras la exitosa campaña de 2021, así que qué mejor que repescarlo tras su decepcionante periplo como head coach en los Raiders. A lo largo de la liga estamos viendo casos de quarterbacks que se estancan en sus carreras por no contar con el coordinador indicado a su lado y que luego son resucitadas cuando la persona correcta se cruza en su camino. Esto es especialmente crítico en chicos jóvenes como es el caso de Maye, quien cumplió 23 años el pasado 30 de agosto. Por eso, Vrabel acertó de pleno asociándose con McDaniels, quien ha sido coordinador en esta liga durante quince temporadas, todas menos una de ellas en New England. Tom Brady vivió sus mejores campañas a su lado, pero también un novato Mac Jones tuvo éxito con él antes de que su carrera tomase la dirección equivocada durante varias campañas.
El ataque de McDaniels no es nada sencillo de dominar, pero eso no quiere decir que no tenga puntos favorables para un quarterback todavía inexperto como Maye. Su capacidad para mezclar sus conceptos más habituales con otros que ofrecen una contrapartida y descolocan a la defensa oponente es extraordinaria. Las rutas de los receptores suelen tener infinidad de cambios y opciones sobre la marcha, que a veces obligan a un período de transición en el que pasador y receptor trabajan su comunicación y sincronía. Por otro lado, McDaniels es un maestro en el diseño de los esquemas de protección, encajando muy bien un poderoso juego de carrera muy directo con pases en play-action que explotan la más mínima sobre reacción de la defensiva.
Todo esto podría parecer demasiado para manejar en las manos de un quarterback de segundo año, pero McDaniels lo está llevando muy bien para que la evolución vaya siendo incremental y progresiva. Donde vemos primero cómo se nota la mano del coordinador es en las mecánicas de Maye. Si algún problema traía de college el chico de North Carolina era su errático juego de pies, lento e impreciso, con movimientos innecesarios que conducían a malas plataformas de lanzamientos. Uno de sus mayores defectos era retroceder en el pocket sin mantener una línea recta, lo que le aproximaba también al pass-rush rival. Esto se ha corregido este año de forma dramática. Estamos viendo a un Maye mucho más disciplinado en su juego de pies, lo que le permite moverse con más tranquilidad y poise en el pocket. Esto también ha influido positivamente en su precisión general y colocación de la pelota, exquisita como vemos en esta acción.
Su porcentaje de pases completados se ha elevado hasta un astronómico 75,2%, dato más meritorio si cabe teniendo en cuenta el éxito que está teniendo en los lanzamientos profundos (10+ yardas el balón en el aire). McDaniels es muy inteligente y sabe que pese al talento de su pasador no puede dejar que todo el peso del ataque recaiga en él. Por eso constantemente va creando situaciones que le coloquen en una posición ventajosa para brillar. No es casualidad que sea en primer down cuando esté lanzando más, 73 intentos, de los que ha completado 60. En primer down es lógico encontrar las defensas más predecibles, por eso siempre se dice que es el mejor down si quieres lanzar la pelota. Más de una vez lo está haciendo Maye a partir de play-action, como es el ejemplo que os muestro a continuación. Los Patriots salen con personal base y van a jugar play-action en el backfield. La idea es captar la atención de los defensores del segundo nivel y generar un espacio a su espalda que va a atacar el receptor del lado fuerte de la formación.

El amago es tan bueno que engaña completamente a la defensa, obligada a reaccionar contra lo que parece una carrera más en primer down. Es una situación que vimos durante muchos años jugar a Brady con su tight end Rob Grownkowski, siendo aquí ejecutada por Maye y el wide receiver Mack Hollins.

Muchas veces las estadísticas han de ser reafirmadas por la cinta de vídeo. Esta acción cuenta a nivel numérico muy positivamente para el quarterback, pero en realidad quien debería llevarse los puntos es el coordinador, que ha puesto a sus chicos en la situación más ventajosa posible. Es difícil ver en la NFL un lanzamiento con una ventana tan enorme.

Dicho esto, McDaniels es consciente que cuenta en la figura de Maye con una joya a nivel atlético. Cuando tuvo a Brady disfrutó de una de las mejores mentes y brazo que ha visto la liga, pero nunca fue un peligro con sus piernas. Más tarde en su carrera tuvo a Cam Newton bajo sus mandos, un verdadero atleta que sin embargo estaba físicamente muy mermado por las lesiones cuando llegó a Foxboro. Sin embargo, Drake tiene el talento de brazo y de piernas para crear jugadas fuera de la estructura del ataque e incluso ganar yardas con scrambles. Hasta ahora acumula 200 yardas vía terrestre en la temporada. Su facilidad para lanzar en carrera añade una dimensión extra al sistema de McDaniels.
Otra decisión muy inteligente de Patriots en la offseason fue añadir un veterano receptor como Stefon Diggs. Nunca entiendo a los equipos que inician una reconstrucción y proceden a cortar o traspasar cualquier jugador con un mínimo de experiencia en la liga. En la mayoría de ocasiones, alguien que ha pasado por los rigores de la temporada NFL en múltiples oportunidades va a ser un faro que guíe y alumbre a sus jóvenes compañeros en los peores momentos. Además, va a ser referente y ejemplo de cómo debe desenvolverse un profesional. En el caso de Diggs, yendo a la parte práctica del juego, es un objetivo que ofrece mucha seguridad a Maye, puesto que conoce a la perfección cómo funcionan las coberturas en la NFL. Quizás no tenga las piernas de hace unos años, pero ciertamente sabe cómo encontrar el punto débil en la defensa rival y ofrecerse como objetivo claro para Maye. Esto lo vimos repetidamente en el partido en Buffalo, donde Diggs superó con creces la barrera de las cien yardas. Observad aquí lo bien y rápido que se van a entender quarterback y receptor. Los Bills atacan con blitz por parte del linebacker que está en el lado fuerte de la formación del ataque. De los tres receptores de ese lado, Diggs es el más cercano a la línea ofensiva (en rojo).

Al entrar ese linebacker al rush se queda un espacio vacío a su espalda. El safety de ese lado es el que va a tapar el hueco, pero antes de que llegue, Diggs rompe su ruta y se sienta en la zona libre. Maye tiene muy claro dónde debe ir la pelota en estas situaciones, en la gran mayoría de ocasiones a la espalda de la dirección del blitz. Su rapidez mental está siendo un factor clave para que sus números sean tan buenos cuando el rival mete más de cuatro jugadores a presionar.

Podría seguir mucho más tiempo explicando las cosas que están haciendo bien tanto McDaniels como Maye, pero creo que es mejor y más visual mostraros una última jugada que describe todo lo relatado hasta ahora a la perfección. En esta acción la lectura inicial del quarterback es hacia el lado corto del campo (parte superior de la imagen) con una ruta vertical ideal para batir una cobertura al hombre. En el otro lado los Patriots realizan una combinación de rutas a niveles (Levels), perfecta contra defensas zonales. Esto es un esquema clásico de McDaniels, que dota a su quarterback de opciones para batir todo tipo de coberturas.

Por supuesto la pizarra es muy buena, pero si el que la debe poner en marcha en el terreno de juego falla se cae por completo. Mirad cómo Maye analiza rápidamente que su opción primaria está muy bien cubierta por el cornerback de ese lado, así como por la ayuda del safety (en azul) que casi imposibilita el lanzamiento.

Otro quarterback podría haberse puesto nervioso, forzar un pase erróneo, o peor, aguantar la pelota y comerse un sack en tercer down. Sin embargo, se mantiene en ritmo, su juego de pies y movimiento en el pocket es impecable, y de forma paciente (dentro del ritmo frenético que es una acción de NFL) espera que se presente una mejor opción, que va a ser la ruta más alta del Hi-Lo (high-low).

Con el safety del otro lado (en verde) ganando demasiado campo en su retroceso, la ventana está ahí para completar el lanzamiento, siempre y cuando supere la oposición del linebacker (en azul). Debía ser un pase rápido y muy preciso y el quarterback cumplió de sobra con las dos premisas.
La combinación de un coordinador experto con un quarterback de talento está siendo clave en la actual NFL, en la que las defensas lo tienen cada vez más complicado para tener éxito. El caso de New England es un muy buen ejemplo. McDaniels está pintando una nueva obra maestra en su tercera fase como coordinador ofensivo de los Patriots. Su quarterback de segundo año, Drake Maye, está respondiendo perfectamente a todos y cada uno de sus desafíos. Cada semana, el ataque de New England va añadiendo ingredientes a su plan de juego, convirtiéndose en un equipo más peligroso. Mike Vrabel sabe sobradamente qué conduce a una franquicia hasta el final deseado. Lo vivió en Nueva Inglaterra como jugador y ahora quiere reproducir el modelo como entrenador. Por lo que hemos visto hasta ahora parece que está en el buen camino.





