Es posible decir que los Commanders están en uno de esos puntos de inflexión como organización. Por un lado, parecen haber encontrado en el emocionante Jayden Daniels a un jugador sobre el cual, finalmente, poder construir algo potente a largo plazo. Por el otro, con la venta del equipo al inversionista de capital privado Josh Harris el año pasado, se avecina un inminente debate sobre la nueva sede de una franquicia que representa a Washington D.C., juega en Maryland y entrena en Virginia.
Quizá el horrible rendimiento del equipo durante la gestión de Dan Snyder como propietario nos haya impedido prestarle atención al hecho de que los hoy Commanders llevan jugando desde 1996 en Landover, dentro de un condado suburbano ubicado al norte del estado de Maryland, y no en el Distrito de Columbia, en la capital de Estados Unidos, lugar al que pertenecieron hasta 1996, jugando como locales en el Robert F. Kennedy Memorial Stadium.
En su día, el entonces dueño Jack Kent Cooke, uno de los empresarios deportivos más exitosos de su generación, se vio obligado a mudar la franquicia tras las acaloradas discusiones que tuvieron lugar en el Congreso en torno al uso de terrenos federales para beneficio privado y, en menor medida, al «insensible racialmente» y hoy extinto mote de Redskins. Kent Cooke, ganador de tres Super Bowls con el equipo como propietario, no pudo ver cristalizada la reubicación de la franquicia tras sufrir un infarto agudo de miocardio en abril de 1997, meses antes del inicio de la temporada de NFL.
Si bien Landover pertenece a la denominada DMV, que incluye el Distrito de Columbia y algunas porciones de Maryland, Virginia y West Virginia y que, a su vez, forma parte de la enorme área metropolitana Baltimore-Washington, no deja de ser problemático en términos de arraigo que el equipo de la capital no solo juegue en otra ciudad, sino en otro estado.
Al hilo de todo esto, este martes el Comité de Energía y Recursos Naturales del Senado de los Estados Unidos aprobó un proyecto de ley que permite al gobierno del Distrito de Columbia administrar los terrenos federales para «fines que incluyen el desarrollo comercial y residencial», incluido el espacio donde está emplazado el Robert F. Kennedy Memorial Stadium, factor que podría desencadenar el regreso de la franquicia a su lugar de origen. Como dato anecdótico, uno de los dos votos que tuvo en contra el proyecto corrió a cargo de Bernie Sanders, actual senador de Vermont y único miembro del congreso abiertamente socialista.
Lo anterior sucede después de que Josh Harris —también dueño de los 76ers de Filadelfia en la NBA y los Devils de Nueva Jersey en la NHL— había dejado entrever que, además de su apuesta por intentar volver a D.C. y de la posibilidad de continuar en Landover, en donde tienen un contrato firmado hasta 2027, la plana directiva estaba explorando otros posibles mercados para construir un nuevo estadio, entre los que estaba Virginia, donde el equipo tiene actualmente sus headquarters e instalaciones deportivas, ubicadas en la zona residencial de Ashburn, un reconocido hub tecnológico.
Es normal que Harris, un nativo de la zona de Chevy Chase, se tome la reubicación del equipo como un asunto estrictamente personal, considerando que creció y estudió dentro de las fronteras indistinguibles de Maryland y el Distrito de Columbia.