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Berlin Game: Falcons vs Colts, la respuesta de un equipo campeón

Mike Tyson dijo una vez una frase que me encanta y que ejemplifica absolutamente todo lo que importa en el deporte, y mucho más en el fútbol americano. Y decía algo como: "todo el mundo tiene un plan hasta que le golpean en la cara".

Los Colts habían perdido un solo partido en la temporada antes de ser aplastados por los Pittsburgh Steelers la semana pasada y el viaje a Berlín para enfrentarse a los Falcons tendrá un aspecto de golpe de realidad. Ver como los equipos se recuperan de derrotas abultadas es para mi uno de los mayores indicadores de si un equipo puede estar para competir en enero o no.

Después de ocho semanas en las que fueron, sin discusión, uno de los equipos más dominantes de la NFL, la derrota ante los Pittsburgh Steelers obligó al grupo de Shane Steichen a revisar todo lo que estaban haciendo en ataque: los Colts venían de promediar casi 34 puntos por partido, liderando la liga, antes de desplomarse hasta solo 20 puntos en Heinz Field, acompañados de 6 pérdidas de balón (cuando llevaban solo 4 en toda la temporada), 5 sacks permitidos (cuando los Colts solo promediaban 1.1 sack recibido por partido) y una producción terrestre reducida a 55 yardas, muy lejos de las 134.4 que venían registrando.

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Y el enfrentamiento en Alemania contra los Falcons tampoco les va a poner las cosas fáciles: Atlanta es la mejor defensa aérea del año 2025, permitiendo solo 158.1 yardas de pase por partido, que es la marca más baja desde unos New York Jets del año 2009 que dieron muchas guerra en la Conferencia Americana.

Los Falcons han conseguido, por fin, arreglar un problema que llevaban arrastrando durante años y años: por fin pueden meter presión al quarterback. Atlanta drafteó a Jalon Walker el pass rusher la Universidad de Georgia en la Primera Ronda del pasado Draft de la NFL e incluso traspasó con los Rams para volver a la Primera Ronda y elegir a James Pierce Jr, uno de los jugadores de los que más se había hablado desde que llegó a la Universidad de Tennessee y que también iba destinado a cubrir esa necesidad de presionar al quarterback.

Y es que uno de los puntos clave del partido será como responde Daniel Jones a la presión: su comportamiento ante esta fue una de las explicaciones del desastre de Pittsburgh. Cuando Jones enfrenta presiones de menos del 30% en sus partidos sus números son espectaculares: 8.8 yardas por intento y 7 touchdowns sin intercepciones. Pero cuando esta presión sobrepasa el umbral del 30% su eficiencia baja enteros: 7.8 yardas por intento y 7 touchdowns pero con 6 intercepciones.

Indianapolis Colts quarterback Daniel Jones (17) looks to pass during an NFL football game against the Pittsburgh Steelers Sunday, Nov. 2, 2025. (AP Photo/Gene J. Puskar)

Los Steelers consiguieron que Daniel Jones tuviese la peor noche de su temporada con 18 presiones. Y le hicieron quizás recordar sus años en Nueva York con los Giants donde nunca estuvo bien protegido y donde la prensa y los aficionados se cebaron con él, pese a no ser siempre su culpa. Ahí es donde quiero ver la mentalidad de Daniel Jones, si ha trabajado en eso desde sus años en Nueva York y como gestiona que por primera vez en la temporada todas las culpas de los problemas del ataque van a ir para él.

Y el problema se va a repetir en Alemania, porque los Falcons llegan con un porcentaje de presión del 37,4% el octavo porcentaje más alto de la NFL además de ser el equipo que más blitz lanza de toda la NFL con un 49,2% de las jugadas.

En este contexto es cuando los Colts van a necesitar mucho más de su juego de carrera. Johnathan Taylor sigue siendo el líder de yardas de carrera de la NFL, con 895 yardas, pero tuvo ante Pittsburgh su peor actuación de toda la temporada, con solo 45 yardas terrestres. Y la realidad es que los Colts renunciaron a la carrera demasiado rápido, incluso cuando aún seguían en el partido. Aunque su consistencia a lo largo del año lo mantiene como pieza central del ataque, es evidente que Indianápolis depende más de lo ideal de su producción para sostener el plan ofensivo.

En Berlín, los Colts no solo se juegan un triunfo internacional; se juegan la validez de su narrativa como aspirante real al título. Tienen estadísticas de equipo campeón, pero un auténtico contendiente no puede permitirse que un mal partido se convierta en tendencia. Y el primero que no puede permitirlo es Daniel Jones.